Posteriormente se combinaron con los poemas cortesanos y las canciones populares del pueblo, heredadas de tradiciones, de generación en generación y muchos proceden de composiciones españolas del siglo XV-XVI que versaban sobre temas amorosos y tenían su orígenes en antiguos cultos paganos (en castellano la palabra villancico es un diminutivo de la palabra villano).

Durante toda la existencia se había seguido esta tradición, pero a mediados del siglo XVIII las autoridades eclesiásticas se opusieron y amenazaron a los difusores con castigos y sanciones. Estas amenazas no dieron el resultado pensado debido a que la gente seguía recordando las canciones y no las quería perder.

Al verse el clero impotente, optó por la permisión de estos cánticos teóricamente paganos pero que por las fechas de Navidad hiciesen alusiones a la religión y prohibiendo a las mujeres sus cánticos y el uso de instrumentos tradicionales, como pudiesen ser la zambomba y la pandereta. Poco a poco estas restricciones fueron suavizándose hasta nuestros días que por suerte ya han pasado a la historia.

Se dice que el compositor de los primeros villancicos tal y como ya los conocemos, fue el Marqués de Santillana, que compuso una serie de canciones para celebrar, con sus tres hijos, el misterio de la Navidad.

Noche de Paz es el villancico más cantado del mundo y ha sido traducido a más de cien idiomas. El villancico "nació" un 24 de diciembre de 1818 en Oberndorf, un pueblo situado cerca de Salzburgo y de la frontera austriaca con Baviera, de la mano del capellán Josef Mohr, que oficiaba misas en la Iglesia de San Nicolás, y del organista de la localidad, Franz Xaver Gruber.

El capellán propuso al organista crear juntos una canción para la Nochebuena y escribió la letra. El organista le puso música. Secundados por el coro de la Iglesia, Capellán y organista estrenaron el villancico. El primero como tenor y el segundo como bajo.