Para dar gracias y pedir otros años tan prósperos por aquellas tierras, decidieron que debían acabar y comenzar el año consumiendo tan preciado tesoro y por aclamación unánime decidieron que el momento preciso debería ser aquel en que el reloj exactamente marcase el inicio del año, con las doce campanadas.

Con imaginación, consiguieron dar salida al excedente de uvas inventando que consumirlas el día de Nochevieja daba buena suerte.

Posteriormente , cada año las campanadas de la plaza principal de todas las ciudades de España, las uvas y las fiestas de cotillón centran la atención de los españoles. Son algunas de las tradiciones con las que se da la bienvenida al nuevo año en un clima embriagado de júbilo y felicidad. Después de las uvas, cotillones, actuaciones y fiestas repletas de sorpresas inundan las ciudades en la noche más esperada. No hay local de copas, hotel o sala de fiestas que no prepare algo especial en Nochevieja.